-¿Cuál es el motivo principal por el que REGA-Almería está totalmente en contra de la gestión de la actual Junta de Gobierno de Sol y Arena?
-Somos más de 4.000 asociados. Nosotros llevamos más de diez años gobernando la comunidad y en los últimos cuatro o cinco años todos los temas se han aprobado por unanimidad en la Asamblea y lo normal en colectivos tan amplios es que surjan voces discordantes e incluso personas que quieran optar a estar en la Junta de Gobierno. Hasta ahí es todo normal. Lo que sí vemos mal es que no haya un debate sobre los problemas de la comunidad. Si nosotros planteamos una solución a la deuda con Cajamar, ahorrándonos muchos millones de euros, lo normal es que haya un debate serio en el que se planteen mejoras o diferencias sobre lo que se propone pero no con un ‘No' por respuesta con la única idea de desgastar a la Junta de Gobierno. Nosotros estamos dispuestos a apoyar cualquier propuesta que vaya a repercutir favorablemente a la comunidad. De lo que se trata es de gestionar bien los recursos hídricos y que salgan a un coste razonable para los regantes.

-¿De dónde viene la deuda tan importante con Cajamar?
-Viene de unas obras que realizó la anterior Junta de Gobierno, se metió en una serie de préstamos pero dado que los regantes no participamos en la decisión de acometerlas hubo un conflicto a finales de los '90 en la que nos negamos a asumir esos pagos. Ello supuso el derrocamiento de la anterior Junta de Gobierno. Nosotros hemos llevado este problema a las últimas consecuencias jurídicas, hasta el Tribunal Constitucional. No han llegado al fondo del asunto pero han confirmado el auto por el cual Cajamar nos ha condonado esa deuda. Una vez agotada la vía judicial la única salida era llegar a un acuerdo con Cajamar, mejorar las condiciones, aminorar la deuda y que no le suponga al regante un coste añadido.

-¿En qué ha consistido el acuerdo entre las dos partes?
-Hemos conseguido que Cajamar nos condone más de 3 millones de euros del importe de la deuda, nos ha rebajado el tipo de interés a un Euribor más el 0,65. Supone más de 30 millones de euros de ahorro para la comunidad y reducir el pago de la deuda de 50 a 20 años. Creemos que es un buen acuerdo. Eso supone también que Cajamar pasa de una liquidación semanal por la hora de agua a una cuota mensual, que cuando toca hay que pagarla, por lo que había que mejorar la tesorería para evitar que en meses puntuales, por ejemplo en crisis de precios, se asegure el pago. El aumento consistía en 2 pesetas por metro cúbico. No ha sido aceptado. Lo acatamos pero estamos hablando con los regantes explicándoles cuál ha sido el fondo del acuerdo porque ha habido confusión, ya que se han vendido ideas que son equivocadas. Creemos que nos están entendiendo. También estamos recabando ideas que pueden mejorar el acuerdo que alcanzamos con Cajamar. Así, si hay que dejar, por la crisis actual, el precio de la hora de agua como estaba y en vez de pagar la deuda en 20 años se hace en 25 tampoco supone ningún problema. El camino de REGA de boicotear la propuesta sin proporcionar ninguna alternativa no es de recibo.

-De no haber llegado a un acuerdo con Cajamar ¿hubiera estado en riesgo la continuidad de la Comunidad de Regantes?
-Lo que estaba claro es que era insostenible el pago de los intereses que nos obligaba el auto judicial. Había que aminorar la deuda y mejorar el tipo de interés porque si no..., estábamos pagando más de un millón de euros al año y no conseguíamos rebajar la deuda. Hemos pasado de una deuda de 18 millones en el año 2000 a una de más de 21 millones en 2011. No disminuía. Lo importante es que vaya a menos.

-Otra de las propuestas de su Junta de Gobierno ha sido pasar a Sol y Arena de ser una Comunidad de Bienes (CB) a una SAT, ¿qué beneficios hubiera reportado de no haber sido denegado el cambio?
-En 2005 se aprobó en Asamblea que la Junta de Gobierno buscara la forma jurídica que le permitiera a la comunidad registrar sus bienes después de problemas tremendos, ya que teníamos pozos sin registrar en zonas donde la actividad urbanística estaba siendo tan acelerada que había que vigilar y acabar con el problema. Lo normal es que el patrimonio esté salvaguardado y se pase a las nuevas generaciones con normalidad jurídica. Vimos que el paso a SAT nos permitía mantener el estatus de aguas privadas, registrar todos los bienes y además recuperar vía IVA en torno a unos 200.000 euros anuales sin incrementar el IVA al agricultor. También permitía que cada comunero pasara de tener una responsabilidad ilimitada frente a las deudas con la CB a una responsabilidad limitada con la SAT. Estamos explicándolo a los regantes, les hemos enseñado los estatutos para que vean que el cambio se limita a eso. Dimos a conocer este tema y el acuerdo con Cajamar también a COAG y ASAJA. Creíamos que se iba a aprobar pero no se logró, ni esto ni el acuerdo con Cajamar.

-REGA les ha presentado más de 600 firmas, el 18,2 por ciento del total de comuneros exigiendo una Asamblea extraordinaria para acabar con su Junta de Gobierno, ¿la va a convocar?
-Estamos estudiando lo que han presentado. Tenemos que ver que reúnan los requisitos formales que establecen los estatutos. Les contestaremos, de forma razonada, con la respuesta. Aún así, ya hemos encontrado firmas, por ejemplo, de personas que están fallecidas.

-¿Con qué recursos hídricos cuentan en la actualidad?
-Fundamentalmente sondeos de pozos, en un 85 por ciento, y en los últimos años estamos usando agua del pantano de Benínar. Tenemos pensado, una vez que se construya la desaladora de Balerma, mezclar esa agua con la del Acuífero Superior, que ahora mismo no se utiliza, con la idea de conseguir un precio razonable por este bien y que deje de dañar, por su gran volumen hídrico, al Inferior. Lo cierto es que se está salinizando el fondo de éste último en la zona de Aguadulce y Balanegra por entrada de agua de mar que, pese a que tenemos una capa de agua dulce por las lluvias de los últimos años, no deja de ser preocupante.

-¿Qué otros proyectos tienen en mente para asegurar los recursos hídricos?
-Estamos contemplando un plan para aprovechar el agua de la rambla de Carcauz, que recoge el 45 por ciento del total que recibe la Sierra de Gádor, donde hay unas canteras impresionantes de extracción de áridos con una capacidad de acumulación de entre tres y cuatro hectómetros. Con esta obra se evitarían los problemas que sufre el Río Adra cuando se evacua agua del pantano de Benínar, ya que se desviarían y aprovecharían ahí. El proyecto costaría unos 4 millones de euros. También estamos pendientes, por otra parte, de que Acuamed adjudique unas obras complementarias a la desaladora del Campo de Dalías que permitan mezclar el agua de los acuíferos Superior e Inferior para una mejor gestión de los mismos y tener uniformidad en la calidad del agua.

-¿Qué tal les va con la nueva conducción de agua desde el pantano de Benínar?
-La conducción ha permitido multiplicar por cuatro la extracción. Ahora contamos con 2.000 litros por segundo. La obra estaba paralizada desde el año 2000 y sólo ha supuesto un coste de 300.000 euros.



RAFA VILLEGAS

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