Pregunta.- ¿Qué balance hace del último año para la Comunidad de Regantes Sol y Arena?
Respuesta.- Ha sido un año en el que hemos estado enfrascados en las obras que está terminando ACUAMED para la comunidad y que van a suponer un salto cualitativo tanto por la infraestructura como por su capacidad para garantizar el suministro a los regantes, al margen de que ocurran períodos cíclicos de sequía. En cualquier caso, desde la comunidad también estamos trabajando para intentar que, cuando esos período provoquen lluvias y una mayor cantidad de aguas superficiales, bien en el pantano de Benínar o en la Sierra de Gádor, tengamos la capacidad de aprovechar parte de ese agua para que los costes finales del agua al agricultor sigan más o menos estables y evitemos los vaivenes que, en los últimos años, vienen provocados, fundamentalmente, por los costes energéticos.

P.- Decía que han seguido enfrascados en las obras de la comunidad, ¿en qué punto se encuentran?
R.- Las balsas se acabaron en enero y, luego, se han terminado las tuberías e instalaciones complementarias que van en el proyecto; ahora mismo se están ultimando las conexiones de todo este sistema de tuberías y embalses con el sistema de riego propio de la comunidad, para integrarlo. Quedan por hacer algunos pequeños bombeos para terminar de completar la obra que se diseñó en su día.

P.- ¿Cuándo se prevé que estén finalizadas las obras?
R.- Yo creo que para finales de año, como muy tarde. La idea es que también a finales de este año o a principios del próximo, se pueda empezar con las pruebas de la desaladora para ver qué tal va todo. Es una obra de envergadura y, además, novedosa, puesto que permite la mezcla de diferentes calidades de agua y ofrecer así agua a la carta, es decir, agua con una determinada conductividad y durante todo el año. Esto va a suponer, además, un ahorro importante para los regantes, ya que, en los años en los que ha habido que usar mucha agua del pantano de Benínar, que es de una alta calidad, pero con muy pocas sales, se ha tenido que echar mucho abono para que, al final, la conductividad fuese la adecuada para el cultivo. En la medida en la que podamos mantener una conductividad estable, eso va a suponer un ahorro.

P.- ¿Cuántos agricultores y qué cantidad de hectáreas se van a beneficiar una vez que esta infraestructura esté finalizada?
R.- Ahora mismo estamos gestionando unas 6.600 hectáreas en los municipios de Roquetas de Mar, La Mojonera, Vícar y El Ejido y son, en principio, las que se van a beneficiar. Además, hay otros agricultores que ya nos han pedido conectar con nuestra comunidad para tener una garantía en el caso de que tengan problemas de calidad. Estos agricultores o bien cuentan con pozos privados o son de alguna otra comunidad del entorno.

P.- Luego, no descarta la posibilidad de que aumente el número de hectáreas que se van a beneficiar de estas obras.
R.- La verdad es que, en los últimos meses, está aumentando la petición de incorporaciones, sobre todo de hectáreas que están en el entorno de la comunidad; son agricultores que quieren tener una garantía y que ven que la calidad del agua de su pozo o de su comunidad tiene problemas.

P.- Ahora que las obras están a punto de finalizarse, ¿se ha calculado ya el precio del metro cúbico de agua para los agricultores?
R.- Esperamos que el precio del metro cúbico de agua no varíe mucho. En la Junta de Usuarios hemos tomado una serie de decisiones que van a permitir que aquellas comunidades que usen agua desalada para mezclas sean las que tengan prioridad para el uso del agua del pantano. Esto nos permite, primero, que el agua que tenemos garantizada por contrato con ACUAMED sea a 0,30 euros el metro cúbico, puesta en planta, mientras que el agua del Acuífero Superior, con la que se mezclará la desalada, puede estar en torno a los 0,08 euros; luego, vamos a tener unos precios similares a los actuales. Si a eso le sumamos que vamos a poder usar agua del pantano cuando exista, tenemos la garantía de que los precios se van a mantener estables. El agua del pantano va a amortiguar el sobreprecio del agua desalada y nos va a garantizar que podamos tener un suministro de agua desalada a un coste que, al final, no va a repercutir negativamente en el agricultor.

P.- Estas obras han supuesto una gran inversión, ¿considera que, dados los beneficios que tendrán los agricultores, será rentable?
R.- Yo creo que sí. Gracias al tipo de inversión que hemos realizado, no ha hecho falta que la comunidad tenga que pedir ningún préstamo ni avalar nada, sino que ha sido la propia Administración la que ha ejecutado la obra, ha hecho las expropiaciones y, una vez que nos descuenten las subvenciones y nos entreguen las obras, se pagarán en cincuenta años. Por todo ello, creemos que, con los ahorros y los beneficios que van a suponer, en cincuenta años, esta obra estará más que amortizada.

P.- Ha comentado que, gracias a estas infraestructuras, los agricultores contarán con agua desalada que podrán mezclar con la procedente del acuífero y del pantano. En total, ¿qué cantidad va a suponer el agua desalada?
R.- La comunidad tiene un consumo anual de unos 25 hectómetros cúbicos y, sin embargo, para toda la Junta de Usuarios, el compromiso que hay con ACUAMED es de 7,5 hectómetros, luego estamos hablando de que el agua desalada es una pequeña parte de un todo. La comunidad va a usar agua del Acuífero Superior y del Pantano de Benínar, el agua desalada será sólo un recurso externo que, por suponer sólo una pequeña parte del total, no va a implicar un aumento del precio final. Esto es diferente a lo que se ha hecho en Níjar, donde, por un lado, están las comunidades de regantes tradicionales, que riegan con agua de pozo, y luego hay una red, exclusivamente, de agua desalada, luego, claro, ahí el agua desalada se ve como algo más caro.

P.- Desde el punto de vista interno de la comunidad, ¿cuál es la situación a día de hoy, teniendo en cuenta que hay comuneros que siguen pidiendo su dimisión y una mayor transparencia?
R.- A día de hoy, la situación está más tranquila. Todo el mundo puede expresar su opinión, pero, de momento, he de decir que no se están viendo propuestas en positivo para mejorar la comunidad. Una comunidad de regantes es una empresa de gestión colectiva, en este caso del agua, y de lo que se trata es de gestionar lo mejor posible y al menor coste posible. En eso está la Junta de Gobierno y, obviamente, somos y seremos receptivos a cualquier iniciativa que plantee hacer las cosas de otra manera porque, al final, eso va a redundar en el beneficio colectivo de los regantes. Si lo que se pretende es, como parece, una lucha de poder, que también es legítima, al final, los regantes se darán cuenta de qué propuestas o acciones hay detrás de cada uno. Además, antes de finales de año, convocaremos las elecciones y, para entonces, esperamos tener terminadas las obras actuales e iniciadas las correspondientes a la subvención que nos ha dado la Junta de Andalucía para mejorar el sistema de control del agua en unas 2.000 hectáreas.