Una de las protestas de los agricultores europeos que se manifiestan en España desde el 8 de febrero va encaminada a rechazar el papeleo y el exceso de burocracia que se trata de imponer para controlar aún más el sector agrario
El Gobierno
trata de imponer el conocido como CUE (Cuaderno Agrario) ¿De qué se trata? Es
un cuaderno digital que tiene diferentes objetivos. Desde el punto de vista de
la administración, el CUE trata de efectuar, gracias a los datos, un
seguimiento de los objetivos de la PAC (Política Agraria Común) y la Agenda 2030.
Además, la administración pretende analizar la información que obtenga para la
orientación de las políticas públicas en materia de agricultura.
Por
otra parte, el objetivo desde el punto de vista del agricultor es la
simplificación de trámites, un mejor
conocimiento de su propia explotación gracias a la recopilación de datos, la
reducción de productos fitosanitarios y la reducción de fertilizantes.
Es
evidente que presentado así, el CUE parece una herramienta necesaria, que lo es;
no obstante, una vez que se ponga en marcha y los productores accedan a un
nivel alto de integración, la propia administración va a tener una información
muy sensible para supervisar la actividad económica de los productores quienes
estarán controlados en asuntos tan sensibles como la contribución a la hacienda
pública cuando efectúen el pago de sus tributos.
Estos
datos aportarán rendimientos económicos que serán utilizados para establecer
los porcentajes a pagar en función de los rendimientos obtenidos. Así mismo, se
podrá valorar la necesidad de subvencionar determinadas explotaciones, zonas
agrarias, determinados cultivos o inversiones agrarias.
El
control del campo va a llegar a niveles insospechados con el agravio añadido de
que otros sectores económicos no van a soportar una situación semejante. Que el
cuaderno agrario va a mejorar las explotaciones no hay duda, pero que va a
tener su coste para los agricultores, tampoco.
Por
otra parte, los productores se enfrentan a una inédita situación de tener que
ponerse delante de un ordenador o smartphone a introducir datos constantemente
cada vez que realiza una aplicación fitosanitaria, un riego o una recolección.
Es más, en algunos casos necesitará la ayuda de algún técnico agrícola para
poder efectuar esta introducción de datos en una aplicación digital.
Los
gobiernos de la Unión Europea no han calculado bien la reacción de los
agricultores y no se sabe tampoco cuándo va a entrar en vigor el CUE, parece
que todo se va a retrasar al 1 de enero de 2026 y serán las grandes
explotaciones de más 30 hectáreas de cultivo permanente, más de 5 hectáreas de
regadío y las parcelas de invernadero las primeras en darse de alta en este
método. En definitiva, se espera que en España haya unas 350.000 explotaciones
afectadas en la primera fecha en la que se ponga en marcha el CUE.
No sé
cómo va a terminar todo esto, pero es evidente que produce un choque
burocrático para el que no está preparado el campo español. Es posible que
muchos productores dejen de serlo. A ver qué pasa.
José Antonio Gutiérrez