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El apagón en el campo almeriense

El apagón en el campo almeriense
El apagón del pasado veintiocho de abril parecía una broma pesada, pero pronto nos dimos cuenta de que se trataba de un hecho inédito que nos iba a provocar mucha incomodidad, nos faltó hasta el agua potable porque las bombas que nos suministra el líquido municipal van con energía eléctrica

El campo almeriense vivió con mucha tensión esas 19 horas en las que no tuvimos influido eléctrico para que tanto explotaciones como empresas pudieran desarrollar su actividad diaria.  Algunos pensaron en los grupos electrógenos como salida de urgencia pero resulta muy complicado pensar que esa sería la solución para treinta mil hectáreas de invernadero en picos de producción y cientos de empresas de manipulado que se encuentran en plena campaña de primavera.

Fueron 19 horas de angustia en las que no se pudo hacer absolutamente nada por la ausencia del fluido eléctrico y el colapso de las comunicaciones.  Era muy complicado contactar con la gente habitual para dar instrucciones con el objetivo de paliar en la medida de lo posible los efectos que estaba teniendo la ausencia del fluido eléctrico en todas las instalaciones que habitualmente usamos.

Al margen de las fincas, en los centros de manipulado también se vivieron ciertas horas de angustia porque aunque la mayor parte las naves industriales que albergan estas industrias tienen importantes grupos de producción de energía con combustible fósil (gasóleo) y de alguna forma podían solventar la ausencia del fluido eléctrico, el problema no acababa ahí.  No obstante,  esto se presumía una solución a medias porque las hortalizas una vez confeccionadas hay que mandarlas a destino y para eso hacen falta camiones que tienen que aprovisionarse de combustible en gasolineras que también necesitan la energía eléctrica para poder suministrar el gasóleo necesario para estos vehículos que hacen transporte por carretera.

A nivel más local y refiriéndonos a los propios agricultores,  algunos de ellos no pudieron acceder a su invernaderos porque tienen sistemas que se activan con la telefonía para poder abrir puertas, para poder conectar y desconectar alarmas, para poder iniciar todos esos elementos que se usan en la finca para controlar el clima, controlar los riegos, controlar el abonado y otras muchas cosas que en los invernaderos modernos de hoy son necesarias. El campo está cargado de dispositivos de todo tipo que hacen falta para esta horticultura moderna que tenemos hoy y buena parte de ellos funcionan gracias a la telefonía.

La ausencia de electricidad deja en fuera de servicio prácticamente a todo y a todos.  La energía eléctrica es cada vez más necesaria en el campo y lo hemos visto en las últimas horas.

Es inimaginable pensar lo que hubiera sucedido si el apagón hubiera tenido una duración mucho más prolongada, dos días por ejemplo,  hoy estaríamos hablando de una nueva catástrofe con pérdidas y muy posiblemente sin cobertura al tratarse de un asunto provocado por un hecho de los denominados “causa mayor”.

No obstante, dicho todo esto lo que echamos de menos es una salida de emergencia con garantías cuando se producen alarmas de esta naturaleza que seguro las vamos a tener.

Queremos sentirnos seguros y respaldados y de momento no lo estamos y eso preocupa. Nunca antes habíamos pensado en algo parecido, pero ya ha pasado y es otra preocupación más que tenemos en nuestra cabeza.

Nos faltan aún muchas explicaciones para poder evaluar la gravedad de lo sucedido y posiblemente también nos puedan decir con mayor certeza si algo parecido puede volver a producirse. De momento seguimos expectantes.