Una climatología anormal y variable ha provocado un lento desarrollo en la formación de los frutos de sandía y melón. Esta circunstancia que ha reducido la productividad de los cultivos ha favorecido por otro lado los niveles de azúcar de los melones y sandías almerienses. Según los últimos análisis realizados, estos frutos presentan alrededor de doce grados brix, lo que supone que han alcanzado un sabor y un dulzor incomparable con los obtenidos en otras campañas. Para los ingenieros técnicos agrícolas esto se debe a la lentitud en la formación y maduración de los frutos. Durante esta etapa la climatología de la provincia ha sido inestable con numerosos días nublados e incluso con precipitaciones. La falta de sol ha reducido las cantidades de agua absorbidas por la planta, con lo que los frutos han alcanzado mayores niveles de azúcar que en otras campañas donde los cultivos se han desarrollado con mayor rapidez. Según las primeras estimaciones, la producción de melón de este año no variará del volumen producido en la campaña pasada, donde se comercializaron más de 170 mil toneladas de esta fruta. Por tipos el melón galia sigue siendo el más cultivado por los agricultores almerienses, ya que son plantaciones de fácil manejo y las que presentan ‘larga vida’ ofrecen mayores ventajas al agricultor que las tradicionales, pudiendo retrasar los cortes con el objetivo de obtener una cotización económica rentable. Al melón galia le sigue el melón cantaloup, muy demandado por el mercado francés. El melón tipo categoría y el melón amarillo son los menos cultivados, ya que las dos variedades anteriores son las más atractivas por su cultivo y rentabilidad para el agricultor.