Desde entonces, TPM ha hecho frente anualmente a todos los pagos, eliminando progresivamente la carga adeudada. Es ahora, en el quinto pago, cuando se encuentra con falta de liquidez, aclara Burgos. Es más, «Son 2,2 millones de euros, una parte del último pago lo que resta por abonar, cuando se han estado pagando cerca de los 8 millones de euros al año».

La falta de circulante ha hecho que, una vez más, se recurra a Cajamar para mantener la actividad de producción, según ha señalado el responsable de acción sindical de Fiteqa. «No entendemos que después de todo el apoyo que nos ha mostrado Cajamar, en estos momentos, nos lo niegue», afirma Burgos.

No obstante, fuentes de Cajamar aseveran que, en ningún momento se haya cerrado la puerta a la concesión de una nueva línea de crédito para solventar la actual situación y  que continúen en funcionamiento los distintos centros. Desde la entidad financiera mantienen el apoyo ofrecido hasta la fecha, en el que se podrían contabilizar hasta 18 millones de euros.  La inversión realizada por Cajamar, apuntan, «es importante» y «nuestra intención es seguir apoyando al grupo y que se mantenga la actividad en las distintas fábricas». Así, mantienen reuniones -la última ayer a última hora- para alcanzar un acuerdo que satisfaga a todas las partes.