Éste es el caso de Israel y Marruecos, competidores directos de la agricultura provincial y que, pese a la imagen de sectores arcaicos que muchos aún puedan tener de ambos estados, han crecido de forma exponencial en la aplicación del control integrado contra las plagas.

De hecho, según alertaron esta semana desde la organización agraria Asaja en la provincia, Israel aspira a cultivar toda su superficie de pimiento con lucha integrada y, para ello, su Ministerio de Agricultura ha anunciado que invertirá 700.000 euros en los próximos tres años. Asimismo, indicaron que, en el caso de Marruecos, el 50% de su superficie de cultivo ya se hace con lucha integrada. Esta superficie, según se extrae del informe 'Las empresas agrícolas españolas instaladas en Marruecos', elaborado por el Instituto Español de Comercio Exterior (ICEX), en 2009, ascendía a unas 30.000 hectáreas para los cultivos tempranos, que producían un total de 1'5 millones de toneladas de frutas y hortalizas.

El informe del ICEX afirmaba, además, que, en Marruecos, "se han hecho importantes esfuerzos para mejorar la calidad y la productividad a fin de responder a las exigencias de los consumidores europeos y aumentar las exportaciones, lo que ha permitido a los productos marroquíes alcanzar una apreciable notoriedad en los mercados internacionales, en general, y el comunitario, en particular". De esto dan buena cuentas las empresas productoras y comercializadoras de fauna auxiliar que operan en la provincia almeriense.

En este sentido, Kris de Smet, director comercial de Koppert España, afirmó que tanto Israel como Marruecos están aumentado de forma progresiva su superficie cultivada con lucha integrada, aunque quiso hacer un clara diferenciación. "En pimiento, Almería sigue siendo líder en lucha integrada, ya que casi toda su superficie se cultiva de este modo", apuntó. Sin embargo, en tomate, la situación es bien distinta, puesto que "en Marruecos, el control biológico se aplica a la mayoría de las plantaciones de tomate, mientras que, en Almería, en esta campaña, apenas se hace en el 20% de los cultivos".

De Smet explicó que la evolución de este método de cultivo en el país norteafricano se produjo de forma casi forzada, debido a la fuerte incidencia de la plaga de la Tuta absoluta o polilla del tomate. "Ellos tuvieron un mayor problema con la Tuta porque esta plaga prefiere el calor y, en este país, las temperaturas son altas todo el año, a diferencia de lo que ocurre en la provincia", apuntó y añadió que, por ello, "se tuvieron que poner las pilas para investigar en control biológico en tomate".

Pimiento

Israel, por su parte, ha trabajado más en pimiento y, de hecho, según José Antonio Santorromán, gerente de Agrobío, "desde hace tres o cuatro años, en este país han apostado fuerte por la lucha integrada". Asimismo, Santorromán explicó que, en este caso concreto, "Almería siempre ha sido un referente para ellos", entre otras cosas, porque "ambas zonas tienen un clima parecido". Pese a todo, la provincia es aún, hoy por hoy, líder indiscutible en este cultivo, ya que, en esta campaña, se ha alcanzado el 100% de lucha integrada.

Almería ha hecho un importante esfuerzo por convertir su agricultura hacia métodos de cultivo más respetuosos con el medio ambiente y que, a su vez, les posibilitaran el mantener la confianza depositada por los grandes mercados europeos en sus producciones. El resultado, más allá de los cultivos de pimiento y tomate, los mayoritarios, ha sido excelente. De este modo, según recordaron desde Asaja-Almería, en este ejercicio, casi el 80% de la superficie de berenjena, calabacín y pepino se ha cultivado con lucha integrada, mientras que en los cultivos de primavera, en melón y sandía, los productores también han apostado por este método.

Desde todo el sector están convencidos de que alcanzar el 100% de lucha integrada en todos los cultivos no es, ni mucho menos, una utopía, sino una necesidad y, cada vez más, una realidad. La provincia continúa trabajando duro para mantener su posición de predominio en este campo. En cualquier caso, no hay que descuidarse, ya que los competidores más directos de Almería también se han dado cuenta de que el futuro está en este método más sostenible.



ISABEL FERNÁNDEZ