Esta organización ha manifestado su deseo porque esta medida sea verdaderamente eficaz, una vez que desde el propio Ministerio de Interior se ha constatado que durante el año pasado este tipo de delitos se incrementaron un 15%, siendo contabilizadas sólo en Andalucía más de 2.500 denuncias por robos en explotaciones agrícolas y ganaderas.

En esta presentación, ASAJA-Almería ha podido conocer los puntos específicos de este Plan, como son el número de efectivos de la Guardia Civil que  van a operar en la provincia, 125 Guardias Civiles más procedentes de la reserva, que van a ser apoyados en esta lucha contra los robos en el campo por la Policía Nacional, por el Seprona y por Tráfico.

 Las actuaciones previstas se centrarán en controlar los locales de compra-venta, sin duda una actuación muy demandada por ASAJA y que ha demostrado su eficacia en las últimas operaciones llevadas a cabo en la provincia, y es que estos mayores controles y la intensificación de la vigilancia en las zonas agrícolas se convierten en actuaciones indispensables en la lucha contra los robos.

Pero además, ASAJA-Almería insiste en la necesaria colaboración de los agricultores y ganaderos en esta lucha, avisando a los efectivos de la Guardia Civil de cualquier movimiento sospechoso en las cercanías de su explotación y presentando la correspondiente denuncia en caso de ser víctima de robo. Además, la organización recuerda que existen una serie de medidas de autoprotección que los agricultores y ganaderos pueden realizar para disuadir a los amantes de lo ajeno, entre ellas, no dejar nada de valor a la vista, anotar los códigos de barra e identificación de la maquinaria que tengamos en la explotación, la instalación de alarmas, no comentar con desconocidos nuestras rutinas diarias de trabajo o lo que podemos tener en la explotación etc.

En otro orden de cosas ASAJA quiere insistir en la necesidad de introducir modificaciones en el Código Penal encaminado al endurecimiento de las penas para quienes se nutren de este negocio, además de la necesidad de que se baje el valor mínimo para que un robo sea considerado delito y se tipifique la infracción no sólo por el valor de los objetos robados sino por los daños causados en la explotación, ya que en ocasiones estos robos causan la paralización de la actividad. Recordemos que generalmente los cacos procuran que el valor de lo sustraído no sea superior a los 400 euros para evitar que el hurto sea considerado delito. Por ello ASAJA pide además que la reiteración en la comisión de los robos no quede impune y sea acumulable, para de este modo endurecer las penas y sanciones para los delincuentes.