Durante el primer día de estas Jornadas  se han analizado temas de actualidad como la problemática de los obtentores vegetales y la visión del sector hortícola sobre las necesidades de semilla y de nuevas variedades que respondan a las exigencias del mercado. En este sentido, es importante recordar que las empresas integradas en la sección hortícola de ANOVE con una facturación de 295 millones de euros al año,  dedican más de 47 millones anuales a la I+D+i, con 34 centros de investigación y casi 900 empleados. Todas las compañías dedican un claro esfuerzo a ello, pues una nueva variedad supone una inversión de entre 1 y 1,5 millones de euros y entre 5 y 15 años de investigación, según el cultivo.

Syngenta, un ejemplo en integración de I+D+i

Uno de los atractivos de estas Jornadas fue la visita al Centro de Investigación y Ensayos de Syngenta en Torre Pacheco (Murcia). Francisco Rodríguez, responsable de hortícolas para Iberia, puso en contexto la importancia de la I+D+i para responder al reto de una población creciente que tiene que ser alimentada con menos superficie de cultivo (una hectárea alimentaba a 2 personas en 1950 y en 2030 tendrá que alimentar a más de 5 personas). Syngenta, líder mundial en agribussines, apuesta por la I+D+i como respuesta a este reto. Con una plantilla de 5.000 empleados dedicados a investigación, invierte al año más de 1.000 millones de dólares o, lo que es lo mismo, 2,7 millones de dólares al día.

Syngenta defiende que la aplicación de soluciones tecnológicas y el respeto del medioambiente son la base de la agricultura del futuro, apostando por una Agricultura Intensiva Sostenible. Syngenta aplica soluciones integradas, basadas en la combinación de sus diferentes líneas de investigación: semillas, fitosanitarios y fauna auxiliar (lucha biológica). Soluciones integrales para la agricultura actual, buscando mejoras a lo largo de toda la cadena de producción, desde el agricultor, al comercializador y al consumidor final. Desde el punto de vista del agricultor, se busca mejorar el rendimiento de sus producciones, incrementar la rentabilidad de las mismas con la mejora de la calidad, disminuir los riesgos a los que se enfrentan y, finalmente, hacer fácil su importantísima labor.

Por su parte, Antonio Pérez, mánager de operaciones de Syngenta, explicó la sólida plataforma de investigación de Syngenta, con centros en todo tipo de climas y en todo el mundo. En España cuentan con dos centros de investigación localizados en El Ejido (Almería), para cultivos bajo plástico, y en Torrepacheco (Murcia), para cultivos al aire libre, con un total de 60 empleados fijos, 20 de ellos titulados superiores.

Las líneas de investigación de estos centros se basan en tres pilares: la mejora agronómica (resistencias, sostenibilidad, mínimos residuos, adaptación al medio, post-cosecha, etc); responder a las tendencias del mercado (laboratorio de calidad de fruta, nuevas variedades demandadas por los consumidores y soporte a nuevos modelos de negocio como la cuarta gama); e integrar las soluciones ofrecidas al agricultor (Syngenta Growing System es el resultado de esta política que ofrece una genética diferencial asociada a un sistema productivo sostenible y respetuoso con el medio ambiente). Para finalizar la jornada, todos los asistentes pudieron visitar las instalaciones del centro y los diferentes campos de ensayo de variedades.