De este modo, Almería pasó de tener apenas 127 hectáreas destinadas a la producción de leguminosas a 2.754. Este crecimiento exponencial, según explicó Francisca Iglesias, secretaria general de UPA-Almería, se debió, principalmente, a «una ayuda especial para las zonas donde los rendimientos son inferiores a los 2.000 kilos por hectárea», como es el caso Almería y, más en concreto, del Norte de la provincia. Las subvenciones ascienden a unos 100 euros por hectárea.

Estas ayudas se enmarcan en el Plan Nacional para la Calidad de las Legumbres, que viene a recoger las ayudas específicas para este sector que ya prevé la Política Agraria Común (PAC). Este Plan detalla la concesión de subvenciones para la producción de leguminosas de grano y, dentro de ellas, para las que se producen en el marco reglamentario de la agricultura ecológica.

En el caso de la provincia almeriense, según explicó Iglesias, parte de esas leguminosas, como es el caso de los yeros y las vezas, «se destinan al pienso por su alta cantidad de proteínas», mientras que hay otra parte no menos importante destinada al consumo humano. Éste es el caso de los garbanzos que, en Almería, se producen de forma ecológica.

La superficie de garbanzos ecológicos ascendía en 2009 a apenas unas 60 hectáreas, según las cifras manejadas por la Delegación Provincial de Agricultura. Sin embargo, en estos momentos, esta leguminosa suma «unas 300 hectáreas», tal y como indicó Iglesias.

Por otro lado, y en lo que se refiere al desarrollo de estas nuevas plantaciones provinciales, Iglesias comentó que «las leguminosas ya se están comenzado a recoger» y, de momento, la campaña se prevé muy positiva. «Vamos a tener una buena cosecha y, de hecho, yo diría que éste va a ser un año excepcional».

Cereales

Pero no todos los cultivos del Norte de la provincia están de enhorabuena, sino que, a diferencia de las leguminosas, hay otros, como es el caso de los cereales que, según las cifras facilitadas por la Delegación Provincial del ramo, han perdido parte de su superficie, en torno a un 18'5%, pasando de las 18.751 hectáreas de 2009 a 15.267 en 2010. Según Juan Deus, delegado provincial de Agricultura y Pesca, la caída de la superficie de cereales y el aumento de la de leguminosas no supone más que «un cambio de cultivo por parte de los propietarios del suelo agrícola»; sin embargo, desde UPA-Almería, no piensan lo mismo.

Para Iglesias, en el caso del cereal, «no es que haya habido un abandono real del cultivo», sino que «hay hectáreas que no se han sembrado porque, al final, las ayudas del Pago Único se cobran igual». Según explicó, «hay agricultores que dejan una parte de sus tierras en barbecho y sólo cultivan otra parte, debido a los altos costes de producción». Además, esto no supone ningún problema a la hora de cobrar las ayudas pertinentes, puesto que «no es necesario tener todo el terreno cultivado para poder acceder al 100% de las ayudas».



ISABEL FERNÁNDEZ