Fueron pioneros, hace más de dos décadas, en producción integrada y hoy también lo son en ecológico. La cooperativa almeriense Coprohníjar, con más de treinta años de experiencia, es todo un referente en producción bio en el Levante almeriense, sobre todo en el caso del tomate, de cuyo cultivo llegan a comercializar hasta 33 millones de kilos cada año, entre producto ecológico y convencional. Para la campaña agrícola ya en marcha, la previsión es alcanzar el 40% de superficie de hortícolas ecológicos, según explicó a FHALMERÍA, Juan Segura, el presidente de la cooperativa.

La aventura en materia ecológica de Coprohníjar comenzó hace años con solo unas diez hectáreas de cultivo orgánico pero este año ya rondan las 200. Su crecimiento ha sido constante durante las últimas campañas, de forma paralela también al aumento de la demanda de productos ecológicos que ellos comercializan bajo su marca propia: Bio CampoNíjar.

De esta forma, hace unos meses, Coprohníjar puso en marcha una nueva nave destinada en exclusiva a la comercialización de cultivo ecológico con lo que las dimensiones totales del almacén de la cooperativa llegan a los 28.000 metros cuadrados, desde los que distribuyen el cultivo de calidad de sus más de 160 agricultores socios. Junto al tomate ecológico, el calabacín es otro de los cultivos orgánicos que tiene cada vez más demanda por parte de los mercados internacionales y a los que Coprohníjar está dando respuesta. En cualquier caso desde la productora y comercializadora también ofrecen también pimiento, pepino, melón y sandía ecológica.

Apuesta por el tomate

Aunque el catálogo de hortícolas con el que trabaja Coprohníjar es extenso, el tomate es su especialidad, sobre todo, el de calibre pequeño. Por ello, y ante las dificultades por las que atraviesa este cultivo en las últimas campañas, Coprohníjar se ha unido a la firma de un manifiesto para urgir a la defensa del tomate de origen español.

La reclamación por parte de empresas especializadas en comercialización de tomate se ejemplificó en la reciente celebración de Fruit Attraction donde a través de un manifiesto recordaron que son varias las razones por las que el tomate está en crisis. “Que si mano de obra, que si Holanda, que si sabor...” incidiendo en “la presión del precio a la baja” a la vez que “se exige subir calidad y servicio a proveedores”. Todo ello, a juicio de los firmantes, “está matando al tomate”.

Almudena Fernández