Bernabel y Bonáyar, los pimientos California rojo y amarillo, respectivamente, de Harmoniz para ciclo tardío (trasplantes del 25 de julio al 15 de agosto) afrontaban en esta campaña su año de introducción y, al final de su ciclo, los resultados no han podido ser más positivos.

“Ambas variedades han seguido produciendo frutos de calidad, de calibre y forma homogéneos, a pesar del frío y el menor número de horas de luz”, afirma José Martínez, técnico de desarrollo de pimiento de Harmoniz Ibérica, quien destaca, además, “su conservación en planta, buen comportamiento frente a pudriciones y ausencia de microcracking”.

En el caso de Bernabel, “su capacidad de cuaje con bajas temperaturas ha sido excepcional” y, de hecho, cuando otras variedades de su segmento tienden a sacar pico, “Bernabel mantiene la forma y el calibre G-GG, marcando bien los cuatro lóculos”.

Y es que, su vigor de planta le ha permitido pasar bien el invierno, sin parones productivos, y llegar al final del ciclo “con una producción muy alta, que vira a color chocolate durante la maduración, y un elevado porcentaje de frutos de una gran calidad”.

Harmoniz Ibérica ha testado este California rojo en casi medio centenar de fincas repartidas por las principales zonas de producción y bajo distintas condiciones de cultivo y, en todas ellas, Bernabel ha dado la talla.

“Su comportamiento ha sido muy homogéneo”, detalla Martínez, quien explica que, incluso, han llevado la variedad al límite para comprobar la eficacia de su resistencia a oídio. “Lo hemos probado en zonas muy secas y frías, donde el oídio ataca especialmente, y su comportamiento ha sido excepcional”, insiste.

Bernabel cuenta, además, con resistencias a L4 y spotted.

En amarillo, Bonáyar

Este California amarillo para flow-pack (calibre G) también está poniendo un broche de oro a su año de introducción. Su planta fuerte le ha permitido cuajar bien tanto con frío como con calor, manteniendo una producción continua y homogénea en forma y calibre.

A diferencia de otros tardíos, que viran a un color anaranjado en los cuajes en las copas, donde los frutos están más expuestos al sol, “Bonáyar sigue manteniendo su color amarillo canario, además de la consistencia del fruto, algo difícil de encontrar en un amarillo”, apunta Martínez.

Tiene, además, resistencias a spotted, L4 y oídio.

La planta abierta, clave

Tanto Bernabel como Bonáyar cuentan con una planta abierta y de hoja pequeña, que facilita, por un lado, la aplicación de tratamientos contra plagas y enfermedades y, por otro, la detección y control del Thrips parvispinus.

Este trips encuentra en las hojas ‘atrapadas’ entre las guitas y el fruto su ‘espacio natural’, donde actúa dejando la tan temida ‘cremallera’. Sin embargo, la estructura de planta de Bernabel y Bonáyar “evita que las hojas queden atrapadas, de modo que al trips le resulta más complicado encontrar cobijo y, por tanto, causar daños en los frutos”.